Ser un buen colorista, hoy en dia, va mucho más allá del ser un experto en
colorimetria, hay muchos más factores a tener en cuenta
Actualmente, ser un buen colorista es fundamental en el sector de la peluquería. Parece obvio que, dominar el servicio más demandado en los salones, sea un aspecto fundamental en el mundo de la imagen y de la peluquería. Pero nosotros nos referimos a un concepto mucho más allá del concepto genérico colorimetria y “saber aplicar un color”, nos referimos a un mundo totalmente amplio donde hay muchos factores a tener en cuenta y donde los conocimientos y la práctica de los mismos son un elemento fundamental.
Vivimos en una sociedad donde la información y los medios están más al abasto que nunca, las tendencias y la moda se ven y nos impactan e influencian cada día mas desde muchos ámbitos (televisión, revistas, redes sociales…). Este hecho tiene aspectos muy positivos, pero también puede tener aspectos muy negativos. En nuestro sector, por ejemplo, estamos acostumbrados a ver diariamente decenas de fotos, vídeos, tutoriales, influencers, instagramers… Esto hace que la moda cambie muy rápidamente y que la demanda de servicios del color sea constante y cada vez diferente con resultados más complicados (pero no imposibles) de conseguir. Y no solo la demanda de servicios de color en el salón (colores fantasía, colores pastel, rubios platino, ceniza…) sino que, muchas veces, como profesionales, también nos encontramos con situaciones como, por ejemplo, en las que el cliente ha visto un vídeo en instagram para conseguir un color en casa y, evidentemente, su aplicación o diagnóstico no ha sido correcto teniendo en cuenta sus necesidades y el resultado no ha sido el esperado, sino todo lo contrario, y es entonces, cuando acuden a nosotros.
Como profesionales del color, tenemos que estar en constante actualización, saber que hay y que no hay en el mercado, que es lo que corre por las redes sociales, qué tendencias se llevan y de donde vienen, todo ello sumado a la capacidad de aconsejar que tipologia de color funcionaria con cada perfil de cliente y porqué, diagnosticar que tipo de servicio necesitaría y porqué, saber argumentar muy bien qué es posible y que no, como conseguirlo, como mantenerlo, y en casos de emergencia (como en el caso de un mal resultado por una mala aplicación en casa, o resultado no esperado en en salón), ofrecer el mejor resultado según lo esperado, dando un servicio profesional para que el cliente vea que el trabajo técnico realizado ha sido debida a los años de formación continuada y nuestra experiencia.
Para todo ello, la formación también es un aspecto vital, las modas cambian, los productos también, y eso conlleva tener que estar activo constantemente, formarse y aprender continuamente. Desde EB intentamos aportarte este conocimiento realizando formaciones que te ayuden a crecer y a estar actualizado en cada uno de las áreas de negocio de tu salón. ¡Sigue nuestro plan formativo EBXperience!